Quiero ser un monstruo
"Acción dividida en cuatro fragmentos en los que el intérprete se enfrenta a su propia imagen monstruosa, los monstruos externos que utiliza el interior como alimento y prisma para agrandar su imagen, desdibujándose la línea entre el mal que nos causan y el que devolvemos. En contrapunto se refiere al perro como fuente de bondad que a su vez uno puede hallar, sorprendentemente, en lo que está más allá de nuestra piel."